El proyecto hace parte de acuerdo de cooperación internacional en la que Colombia trabaja con   Panamá, República Dominicana y Costa Rica, financiado por Fontagro. El Institutode Investigación Agropecuaria de Panamá (IDIAP), el Instituto Dominicano de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (IDIAF) y el Instituto Nacional de Innovación y Transferencia en Tecnología Agropecuaria (INTA), de Costa Rica, son las entidades que trabajan con AGrosavia en la alianza.

El investigador Jorge Eliecer Jaramillo señaló que para   lograrlo, Agrosavia realizó   un diagnóstico de la cadena de valor de este sector en Santa Marta, Cartagena, Barranquilla y otras ciudades de la Costa Caribe, con el fin de fijar metas y necesidades para la región, basado en las estadísticas de oferta y demanda actual y futura.

Para avanzar, dijo el experto, se construyó una casa malla de 600 m² y un invernadero de 400 m², basados en las condiciones agroclimáticas de la región, con el fin de observar en campo el   comportamiento agronómico   de ocho especies de hortalizas, proporcionadas por diferentes casas distribuidoras de semillas en el país.

Las especies que se evaluarán son tomate, cebolla de bulbo, lechuga, cebolla de rama, zanahoria, pimentón, cilantro y perejil, las cuales se priorizaron conforme a los requerimientos, demandas y percepción de su importancia en los diferentes eslabones de la cadena productiva consultada en los tres departamentos.

Según Jaramillo, la idea es aprovechar la experiencia comprobada en el comportamiento de las especies bajo condiciones de altas temperaturas en departamentos como Magdalena, Atlántico, y Bolívar, donde el 76% de los predios son de propiedad del productor, las áreas en un 75% no supera las 3 hectáreas y el 40% es menor de 1 hectárea.

Hay que tener en cuenta también que la cadena de valor en ciudades como Cartagena, Santa Marta y Barranquilla se estructura así: productor, intermediario, distribuidor-mayorista, comercializador-minorista, industriales, procesadores y consumidor final.

La   producción de hortalizas en la región Caribe se caracteriza por una producción   tradicional de campo abierto, expuesta a altas temperaturas y prolongadas sequías e inundaciones producto del cambio climático y de la variabilidad climática; poco tecnificada y carente de enfoque empresarial.