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Sigue en circulación "El Almanaque del Granjero 2016” para vivir el campo y la ciudad

 

Sigue en circulación Con el inicio de año comenzó a circular con bellos grabados de los años treinta una nueva edición de “El Almanaque del Granjero 2016”, una publicación siempre novedosa y de gran utilidad entre los lectores para conocer las dos caras de la moneda en la globalidad: lo urbano y lo rural.

Marcela González, responsable de su promoción desde Cuellar Editores, la empresa que lo hace viable y posible cada año en Colombia, considera que es una guía ideal para viajes y safaris, e inclusive “excelente para aplastar zancudos y mosquitos”, sin olvidar que es un “noble compañero en las noches de desvelo e incomparable como abanico y tema de conversación en visitas y reuniones aburridas”.

El libro es de tamaño práctico y fácil de llevar consigo, se publica desde hace varias décadas en Colombia y supo llenar el vacío que dejó el “Almanaque Creditario” de amplia recordación cuando la producía, publicaba y financiaba la Caja Agraria para sus ahorradores y usuarios porque Colombia era más rural y apegada a las formas de producción tradicional.

La publicación termina siendo para muchos lectores una guía referencial de temas que van y vienen en la cotidianidad de las personas como las fases de la Luna, los santorales, los días de pesca, las ferias agrícolas, ganaderas, culturales y folclóricas del país, además de artículos de gran utilidad para el quehacer diario.

Siempre hay notas de interés general, anécdotas, biografías, consejos, incluso poesía, fábulas, recetas de cocina y de amor, datos curiosos, efemérides, leyes de Murphy, pensamientos y muchos temas que le ayudarán a llevar una vida más agradable y sana a la hora de vivir circunstancias especiales.

Hay que señalar que la tradición de una publicación de esta naturaleza y contenido comenzó en Alemania en 1508 con el “Bondepraktikan” ó  Almanaque del granjero, un folleto de doce páginas en los que principalmente se discutían como los doce días de la navidad influían en los doce meses del año. También hay una versión en danés publicada en 1597 y la primera edición en sueco data de 1666.

En un mundo como el de hoy, atravesado todo el tiempo por las nuevas tecnologías y redes sociales, la luna, por ejemplo, siempre fascina a la gente, con su disco que brilla e ilumina la oscuridad de la noche. Pero más allá de eso, la gente quiere saber de los cambios del tamaño del disco y de las relaciones con varios fenómenos en la naturaleza.

El Almanaque del Granjero hoy, en el caso de Colombia, y en su edición 2016, es un punto de partida para una respuesta ó para más preguntas que motivan la curiosidad y el hambre de conocimiento de los lectores.  Cuando los laboratorios no existían, los pescadores y los agricultores establecían las fechas para la pesca, siembra y cosecha según las fases de la luna.

Las mujeres antes, también, sabían cuál era el mejor día para lavar la ropa, o para hacer encurtidos o secar las hierbas y las aves saben cuándo es el mejor momento para construir nidos, para que los nidos se sequen rápido después de la lluvia.

Gracias a ese conocimiento, también los amantes del campo y de la ciudad, amantes de la naturaleza, pueden resolver mejores asuntos diarios. Aunque para definir las influencias de la luna necesitamos conocimientos astrológicos, es suficiente conocer solamente sus bases para hacer la vida más fácil y tranquila pues al fin y al cabo como dice Marcela González “El Almanaque del Granjero” es ameno, interesante, variado y divertido y sirve para consultar todo el año por parte de toda la familia, ancianos, adultos y niños.

 


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