Aunque en Colombia sigue predominando el levante y producción de ganado de manera extensiva, hay hechos y cifras que demuestran que algo novedoso está pasando en los potreros. Un creciente porcentaje de los 23 millones de cabezas de ganado hicieron que el negocio de los concentrados registrara en 2014 un mayor consumo de concentrado. Con un crecimiento del 4% movió más de $500.0000 millones en la facturación de las empresas.

En solo cuatro empresas productoras de piensos y alimentos balanceados como Italcol, Solla, Colanta y Finca, que concentran el 80% de la producción que está calculada en 600.000 toneladas anuales para bovinos, la producción y las ventas están creciendo sistemáticamente.

“Los propietarios de ejemplares mejoran cada día el manejo y alimentación de sus ejemplares, con el uso de productos de calidad en cada una de las etapas de la vida y buscan cada vez más una mejor relación entre el costo y las utilidades de su ganadería”, dijo Alejandro Calle, vicepresidente de Mercadeo de Solla.

Precisamente Solla avanza en la diversificación de su portafolio de productos para ganadería incursionando en nichos de mercado nuevos y tradicionales, desarrollando productos que atraigan al ganadero para complementar y dosificar la nutrición.

El mercado de productos balanceados en bovinos atienden tres categorías de producción: ganadería especializada en producción de leche, ganadería doble propósito y ganadería en producción de ceba consumen es el sector de bovinos de leche, por su especialización y alta producción, llegando casi a un 80% del consumo de concentrados, según Juan Carlos Fernández, gerente de Mercadeo de Italcol.

El problema está, según las empresas productoras de balanceados en los altos precios del maíz y la  soya que en su mayoría son importadas y han vuelto costosa la producción. Además, infraestructura en vías secundarias y terciarias es precaria y hace costosos los fletes para comprar la cosecha nacional. Pero así y todo crece la demanda de concentrados en la ganadería bovina colombiana.