Algarra, una de las empresas líderes en el mercado de leche en Colombia, trae ahora un llamativo producto con lo que abre un nuevo nicho de ventas en el país: la leche evaporada Gloria, con la cual pretende conquistar a los chef de restaurantes, hoteles, expertos cocineros y amas de casa que tendrán, en una lata de 410 gramos, una leche concentrada, sin adición de azúcar, para preparar sopas, cremas y postres, entre otras recetas.

En este primero año esperan vender, aproximadamente, 75.000 unidades que abastecerán no solo la élite culinaria, sino también a cientos de peruanos, mexicanos y hasta franceses que lo extrañan en las góndolas de las grandes superficies. “Por ahora lo importaremos del Perú. Iniciaremos las ventas en el centro del país, en Bogotá, por los canales institucionales y grandes superficies”, dijo Pablo Bueno, gerente comercial de Algarra.

De esta manera Algarra, del grupo peruano Gloria, se pone a la cabeza en los lanzamientos de nuevos productos lácteos en el país con el que espera superar para este artículo los 300.000.000 de pesos en ventas en este 2013.

El año pasado Algarra creció en venta de leche, el  25 por ciento;  el 9 por ciento en la línea de yogures; el 5 por ciento en crema de leche y el 3 por ciento en avenas,  con lo que pasó la barrera de los 137 mil millones de pesos en ventas. De ese total cerca de 125 mil millones de pesos fueron en leche, seis mil millones en yogures,  tres mil en avena y dos mil cuatrocientos millones de pesos correspondieron a las cremas de leche. Para 2013 prevé ventas totales de 190 mil millones de pesos.

Algarra además viene trabajando en varios frentes. El año pasado la producción, en su moderna planta de Cogua (Cundinamarca) llegó a 96.510.424 litros y el acopio y compra de leche a ganaderos de la región a los 69 millones de toneladas métricas para abastecer los nuevos mercados.

Después de obtener la certificación Haccp, primer paso para garantizar la calidad de los alimentos, ya se trabaja en las certificaciones ISO 9001, que avala los sistemas de gestión de calidad y en la ISO 22000 que complementa  los avances en todas las metodología de seguridad alimentaria.

La leche evaporada es un producto estrella del grupo Gloria en más de 60 países del mundo, que también llama la atención debido a que puede almacenar sin dañarse por 12 meses, de hecho Colombia es uno de los pocos países de la región que aún no lo tenía dentro de su portafolio de nuevos artículos.

En la cocina moderna es un elemento de primera necesidad por su versatilidad, aunque sus orígenes se remontan a miles años antes del Descubrimiento de América. En el Perú es base de su famosa oferta culinaria; de hecho, es una cultura que vive alrededor de la leche evaporada, por lo menos el 90 por ciento de la gente la tiene entre los alimentos del día. La usan en el desayuno, en las medias nueves, en el almuerzo con las cremas y salsas y en casi todos los postres. Allí se producen más de 700 millones de tarros de leche evaporada Gloria, de los cuales 144 millones son exportados a diferentes países de Centroamérica, Europa y Estados Unidos, principalmente.

“El producto se obtiene por medio de un proceso isotérmico, en el cual se le retira cerca del 60 por ciento del agua. Se trata de un tratamiento integral para que todo el producto sea de óptima calidad. Se higieniza, se la adicionan vitaminas A y D, se precalienta para luego sí realizar la evaporación en unos tanques especiales”, explicó Diego Vega subgerente de Leches de la empresa Gloria en Perú.

Así se logra un líquido altamente concentrado y nutritivo, ideal en las recetas en las que se busca una apariencia cremosa. Igual en salsas ya que puede reemplazar la crema de leche y en todo tipo de preparaciones culinarias, debido a que aporta menor valor graso y un mayor valor proteico y de carbohidratos al usarla sin diluir con agua.

El tarro rinde aproximadamente un litro y en cualquier momento se le puede agregar agua para transformarla en el líquido que normalmente se obtiene en una bolsa de leche.  Viene empacada en un material muy resistente, y puede almacenarse, por un año, como un enlatado a temperatura ambiente sin ninguna refrigeración antes de abrirse.