En el café si aplica el refrán de los abuelos que “todo tiempo pasado fue mejor”. O por lo menos, será así mientras los cultivadores no puedan hacer aún lado los sinsabores que deja la actividad por cuenta de varios males que aquejan al sector.

Por ejemplo, en materia de producción, Colombia aspira a recuperar en cuatro años los niveles históricos de 11 millones de sacos anuales de café, siempre y cuando se hagan efectiva la recuperación de cultivos renovados resistentes al cambio climático y, desde luego, al hongo de la roya.

El gerente general de la Federación Nacional de Cultivadores de Café, Fedecafé, Luis Genaro Muóz, habló con el periodista Luis Jaime Acosta, de la agencia Reuter y reconoció que en 2011 el país tuvo la menor cosecha de café en más de 30 años: apenas  7,8 millones de sacos de 60 kilos, como consecuencia de la ola invernal que azotó a todo el país y, desde luego, a las zonas productoras.

Las precipitaciones llevaron a Colombia, uno de los mayores productores mundiales de café, a incumplir su meta de producción por tercer año consecutivo y provocaron un leve descenso en sus exportaciones a 7,7 millones de sacos.

El programa de renovación de cultivos con variedades resistentes a los cambios climáticos apenas comenzará a dar resultados en unos cuatro años y señaló que gracias al trabajo de 2011 se verán esos resultados porque se sustituyeron 117.000 hectáreas de cafetos, sin duda una cifra sin antecedentes.

"Si Colombia sigue a ese ritmo, renovando un poco más de 100.000 hectáreas anuales, pensamos que lograremos cambiar la estructura productiva del país y en cuatro años, más o menos, tendríamos el 90 por ciento de los cafetales de Colombia sembrados técnicamente en variedades regionales mejor adaptadas al cambio climático, al exceso de humedad", afirmó.

Según el dirigente, Colombia cuenta en la actualidad con 917.000 hectáreas cultivadas con café y busca incrementar el área a un millón de hectáreas en su propósito de alcanzar una producción anual de más de 17 millones de sacos, dependiendo de las condiciones del mercado.

Muñoz sostuvo que la meta de renovación para el 2012 es una cifra similar a la del año pasado y que las 70.000 hectáreas que se cambiaron en el 2009 entrarán lentamente a la producción este año. En la actualidad, unas 300.000 hectáreas que fueron renovadas en los últimos años se encuentran fuera de producción.

"Colombia está lentamente recuperando sus niveles de producción históricos y en la medida que mejoren las condiciones climáticas y que se renueven los cafetales, que se crezcan las áreas (...) es donde encontramos las metas de crecimiento de producción, primero en la búsqueda de 14 millones, después seguramente en niveles de 17 millones de sacos", explicó.

El dirigente de los productores de café se abstuvo de hacer un pronóstico de la producción que puede alcanzar Colombia en el 2012, pero admitió que seguirá dependiendo en gran medida del comportamiento del clima.

En los últimos meses del 2011, las principales regiones productoras de café de Colombia fueron afectadas por fuertes lluvias ocasionadas por el fenómeno de La Niña y las consecuencias se verán en el primer semestre de este año, dijo Muñoz.

El gerente de la federación, quien lleva 25 años vinculado al sector cafetero, aseguró que aunque la meta de Colombia es aumentar su producción y el área cultivada, lo hará dependiendo de las condiciones internacionales del mercado.

Muñoz dijo pese a las crisis económicas en Estados Unidos y Europa, los principales destinos de las exportaciones del café colombiano, el consumo en esas regiones no se ha reducido y por el contrario registró un aumento anual del 2 por ciento.

El dirigente reconoció que existen potenciales mercados en Asia y Rusia, pero sostuvo que los actuales niveles de producción de Colombia no permiten hacer exportaciones a gran nivel a esos destinos.

Muñoz reveló que el país cerró el 2011 con un nivel de infestación del hongo de la roya de un 12 por ciento y que la meta para este año es reducir la enfermedad a un dígito. El presente es difícil, pero el futuro esperanzador, concluyó.