Investigadores del Centro Agropecuario Marengo (CAM) de la Universidad Nacional desarrollaron un novedoso proyecto de purificación de las aguas del afluente que en un principio beneficiaría a los agricultores de la Sabana.

Con el objetivo de mejorar las condiciones en el suministro de agua para más de 200.000 habitantes de los municipios de Mosquera, Funza y otros de la Sabana de Bogotá, dedicados a la agricultura, los científicos de la Universidad Nacional emprendieron un proyecto de purificación de aguas del río Bogotá, utilizando un tipo de carbón llamado Antracita.

En la sede del Centro Agropecuario Marengo (CAM), en el municipio de Mosquera, los expertos comenzaron el proceso para eliminar el lodo y otros elementos contaminantes de las aguas del río Bogotá por medio de la filtración con el carbón activado, uno de los tradicionales en este tipo de técnicas.

Sin embargo, los resultados al filtrar el líquido con este material y otros filtros como la arena y la grava, no eran muy significativos, como indica Óscar Suárez, director del CAM. Entonces, el equipo de trabajo decidió utilizar el carbón Antracita, con el que lograron obtener agua purificada.

Los participantes del proyecto encontraron que después del proceso de decantación con el carbón Antracita y otros métodos de filtración y oxigenación en las plantas de tratamiento del Centro Agropecuario, las aguas se ajustaban para el riego de cultivos como la fresa y para el consumo animal. Además, los líquidos tratados también se pueden utilizar para abastecer los humedales.

Ahora los miembros del proyecto se proponen replicar esta experiencia en otros municipios aledaños a la capital. La idea es generar una gran fuente de descontaminación del río Bogotá en algún punto de su cauce, mediante el tratamiento de las aguas, y posteriormente distribuirlas de manera entubada por toda la Sabana, como explica el profesor Suárez. “Eso garantizaría que todas las aguas, incluso las de entrada a los acueductos de los municipios y las que ya han sido usadas en éstos, se puedan recuperar”, agrega el director del centro.

El CAM de la Universidad Nacional fue delegado por Corpoica para identificar los impactos del invierno en la Sabana de la ciudad y liderar el proyecto de limpieza de las aguas de esta zona, según indica Suárez. Por ahora, el equipo ha tenido reuniones con los floricultores de municipios como Funza, Madrid y Mosquera y con la CAR.

El director del Centro Agropecuario señaló que realizar la descontaminación y distribución de 75 kilómetros del río podría llegar a costar “$30.000 millones y se garantizaría que a futuro Bogotá se estuviera alimentando en mejores condiciones.