Para progresar hay que endeudarse, dicen unos. Pero hay otros que señalan que no siempre la prosperidad puede ser a debe. Lejos del debate, lo cierto es que la Comisión Interparlamentaria de Crédito Público dio su consentimiento, para contratar con la banca multilateral, un crédito externo por un valor de 50 millones de dólares.

El objetivo está dirigido a mejorar las condiciones de vida, ingresos y empleo en los territorios rurales más pobres de Colombia. Todos dicen que hay que poner la lupa para ver como se invierten esos recursos.  

Serán entonces cerca de cien mil millones de pesos, cuya contratación gestionarán los ministerios de Hacienda y Agricultura y Desarrollo Rural para financiar, en buena parte, el proyecto “Construyendo capacidades empresariales rurales, confianza y oportunidad”, del Ministerio de Agricultura.

Con la ejecución del proyecto, con el que se espera atender 50 mil familias rurales, se beneficiarán pequeños campesinos, pueblos indígenas, comunidades afro colombianas, familias con jefatura de hogar femenina, jóvenes rurales y hogares rurales desplazados forzosamente.

Con el proyecto, focalizado en familias “Unidos rurales”, se busca aprovechar, en mejor medida, el potencial productivo de los beneficiarios  para generar ingresos suficientes y sostenibles.

Se pretende igualmente, para facilitar el acceso de los beneficiarios a servicio de desarrollo rural; desarrollar instrumentos apropiados para fortalecer las capacidades de los jóvenes rurales y contribuir así al relevo generacional.

Con el programa se mejorará la seguridad alimentaria de las familias y comunidades campesinas y se promoverán procesos de aprendizaje y escalamiento de las estrategias por parte de los gobiernos territoriales en las áreas de intervención del proyecto.

Los objetivos son loables. Habrá que esperar como se cumple la ejecución una vez se consigan los recursos.