Tras cuatro horas de escuchar a 37 gremios de la producción para que hicieran su “memorial de necesidades” para que el campo vuelva a reverdecer, el ministro de la cartera Agropecuaria y Desarrollo Rural, Aurelio Iragorri, reconoció que el campo está en mora de ser alternativa dinamizadora de la economía colombiana y anunció un plan de choque pragmático para el campo,  ajustado a las realidades fiscales del país.

El ministro dijo en su primer encuentro con los periodistas, en una rueda de prensa, que su primer gran desafío es pasar de cinco a ocho millones de hectáreas sembradas, aunque confesó no ser amigos de dar cifras para que después la oposición no haga de las cifras caballitos de batallas para descalificar logros y realizaciones.

Dijo que en el paso llegó a crecer hasta en un 10 por ciento y con el paso de los años llegó a promedios negativos y aunque hoy está en el 6 por ciento, se requiere desarrllar una política agresiva de uso de la tierra, combinado con planes integrales de desarrollo rural para que el campo sea un incentivo de emprendimiento ahora que el mundo necesita alimentos.

Reconoción, sin embargo, que la tarea no es fácil y puso como ejemplo el cultivo del maíz, el producto que más se importa en Colombia y volvió a señalar que aunque no le gusta comprometerse con cifras su meta es crear incentivos para que se siembren en los próximos cuatro años de manera eficiente, en productividad, costos y precios, un millón de hectáreas de maíz.

Puso como ejemplo a Ecuador que en tres años logró dejar de importar maíz, con la ventaja que da la rotación de ese cultivo al poderse rotar con avena, soya, sorgo e incluso algodón, teniendo en cuenta que en Colombia son aptas para la agricultura casi 20 millones de hectáreas y solo se siembran cinco millones porque, dijo, hay que voltear las cifras: que la ganadería solo utilice cinco millones de hectáreas y la ganadería las 20 que utiliza aquella.

Para logralo, explicó Iragorri Valencia, hay que hacer cambios estructurales en las entidades adscritas al ministerio, por ejemplo, en entidades como el Incoder que como funciona en la actualidad es ineficiente “porque hace de todo un poco y lo que hace lo hace mal”, señaló al precisar que hay que dedicarlo exclusivamente al tema de tierras.

Pero el ministro llegó más allá a medida que respondía las preguntas de los periodistas y dijo que los cambios llegarán para todos y no solo en el Incoder, sino que también les llegará su turno al ICA, Finagro, Banco Agrario y al propio Corpoica para evitar lo que sucede en la práctica y es que esas entidades funcionan en la actualidad como repúblicas independientes.

En materia de crédito, dijo que antes que seguir disponiendo de líneas de crédito, hay que cambiar su destinación y lograr que sea precisas para los cultivos porque no es lo mismo dar recursos a la palma africana que a la papa o al arroz, pero para hacerlo se requiere volver a un Banco Agrario que esté más lejos de ser Banco y más cerca de ser Agrario. “Lo que hoy está claro es que hay que transformarlo con líneas de crédito fácil para levante de ganado y engorde; para paperos, cacaoteros, arroceros, cebolleros etc. y dejar de prestar a sectores de bienes y servicios que no tienen que ver con el campo.