Aunque en realidad son varias familias los que han hecho posible el proyecto, Orlando de la Rosa, líder comunitario, dice que los sueños de esta comunidad son cada vez mayores y por eso trabajan en proyectos de innovación para vender ají envasado con procesos agroecológicos.

Para ellos, lo importante es que hoy en el campo hay esperanza, paz y reconciliación, para un grupo de campesinos de Villanueva, Bolívar, que, tras haber sido despojados, volvieron a creer en la bondad de la tierra.

El Ministro de Agricultura y Desarrollo Rural, Rubén Darío Lizarralde, destacó esta historia de 36 familias de pequeños productores de un municipio que, como muchos, tiene una economía sustentada en la siembra de yuca y maíz pero que con visión y estrategia lograron dar un vuelco a su economía para trabajar en productos tipo exportación.

El centro de trabajo es la Asociación Agraria de Bolívar, Agrobol, agrupación a través de la cual se propusieron sembrar y germinar la esperanza de un nuevo futuro, mediante el desarrollo del apetitoso y picante ají tabasco que cultivan en sus tierras.

El desplazamiento ocurrió en 1996, año en que guerrillas y paramilitares impusieron su poder y Orlando de la Rosa, líder comunitario de la Asociación y miembro de la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos, Anuc, recuerda que llegaron a Cartagena luego de ser tildados injustamente como auxiliadores de la guerrilla y salieron de sus parcelas para refugiarse.

Conocieron a un grupo de desmovilizados que, en su proceso de reintegración a la vida civil, disponían de terrenos que aún no comenzaban a trabajar. Se encontraron así dos historias en un escenario distinto al de la guerra, que en un esfuerzo colectivo y admirable decidieron reconciliarse en un propósito común: reconstruir el tejido social a través de iniciativas productivas y auto-sostenibles.

El proceso comenzó en firme en 2006, cuando se dieron las condiciones de volver a sus tierras y decidieron comenzar un proceso con sus pares, todos pequeños productores campesinos y sus familias. “No queríamos vivir de la ayuda humanitaria”, cuenta Orlando de la Rosa.

La Asociación contó con el respaldo del Programa de Oportunidades Rurales del Ministerio de Agricultura, que le brindó todos sus servicios para formar un capital social apto para la creación de empresa y dinamizar el desarrollo de las capacidades gerenciales de sus miembros.

En un comienzo se dedicaron a productos tradicionales como yuca y maíz que garantizaron la alimentación de la comunidad, pero no eran rentables, por eso pasaron a sembrar ají tabasco en el 2012.

La siembra arrancó con cinco hectáreas y ya va en 18, todas tecnificadas, lo que garantiza economías de escala. Además se cuenta con un plan de manejo social dirigido al fortalecimiento organizacional, comercial y administrativo del grupo. El aliado comercial es Tecnoají, una de las firmas más reconocidas en su sector y que vende a EE.UU. y Europa. El ají de Agrobol ya tiene fama de ser el más sabroso de California.

Los departamentos con mayor producción de ají en el país son Magdalena con 11.719 toneladas de producción, Valle del Cauca con 2.693, Córdoba con 2.143,  Guajira con 1.715 y Atlántico con 940 toneladas. En los últimos tres años las exportaciones han ido al alza pues en 2011 se registraron US$ 3.191 millones (2.030 toneladas), en el 2012 fueron US$3.573 millones (1.766 toneladas) y en el 2013 fueron $5.630 millones (2.781toneladas).

Vea esta historia en el canal de Youtube:

https://www.youtube.com/watch?v=uJ6oDRk-2-c&feature=youtu.be