Gobierno y agricultores se preparan en distinta esquina para disputar la semana próxima un nuevo “round” para medir fuerzas alrededor de las medidas que se deben adoptar para resolver de tajo las dificultades estructurales que afrontan los habitantes del campo.

El anuncio de una nueva manifestación de los campesinos, tiene con los pelos de punta al gobierno nacional, que con el ministro de Agricultura, Rubén Darío Lizarralde, se ha dedicado esta semana ha realizar una visitas relámpago a distintas capitales para desactivar la jornada anunciada por el movimiento de Dignidades Agropecuarias.

La jornada está prevista para martes 3 de diciembre, a partir de las 9 de la mañana en Bogotá, en una marcha que se producirá a lo largo de la carrera 7ª. entre el Parque Nacional y la Plaza de Bolívar para exigirle al Estado que cumpla con los compromisos adquiridos en Julio y Agosto pasado.

Aunque durante todo el año, y desde el gobierno del ex presidente Álvaro Uribe Vélez y en varios de los anteriores también, los agricultores han hecho saber que no comparten las contradictorias medidas del gobierno, pero ahora se han dedicado a dejar por días sus parcelas para salir a la calle a buscar la solidaridad de un país que mantiene fuertes raíces con el campo.

A lo largo de estos meses, tras conjurase la crisis política que produjo la salida de los ex ministros de Agricultura, Juan Camilo Restrepo y Francisco Estupiñán, ahora el titular Rubén Darío Lizarralde Montoya, ha efectuado reuniones para encontrar soluciones pero los campesinos han hecho saber que no aceptan pañitos de agua tibia porque sus problemas son del modelo económico que los asfixia.

Crédito, precios, asistencia técnica, investigación, comercialización, infraestructura en vias y distritos de riego, productividad, tenencia y propiedad de la tierra, tratados de libre comercio, son solo algunos de los puntos que los labriegos buscan que el Estado se comprometa a resolver porque están ahí desde que Colombia se independizó de España.

César Pachón Achury, el más caracterizado y visible miembro del movimiento de Dignidad Agropecuaria, es ingeniero agrónomo y de distintas maneras ha hecho saber que los productores agrícolas y pecuarios no han visto los ajustes solicitados ni los resultados anunciados por el gobierno.

Según el dirigente pese a los anuncios del Gobierno de hacer un Pacto Nacional Agrario, es notorio que los grandes empresarios no están trabajando con el gobierno. “Todo sigue igual o peor en el costo de los insumos, crecen las importaciones, se anuncian nuevos Tratados de Libre Comercio y poreso con esta movilización que tiene el apoyo del sector transporte, salud y educación, vamos a enviarle un nuevo mensaje de inconformidad al gobierno”, aseveró Pachón Achury.

Omar Acevedo, miembro de la Mesa Nacional Cacaotera de Santander también confirmó la participación del sector en la protesta dados los incumplimientos del Estado y la falta de transformación del campo colombiano porque “no hay ninguna solución en materia de créditos, ni de insumos”.

Los productores del grano del Eje Cafetero, que pese a la realización del Congreso Cafetero en Bogotá, también señalaron que participarán en la marcha pacífica en Bogotá, según Óscar Gutiérrez, dirigente de Caldas, quien señaló que no es partidario de los paros pero aseguró que es necesario que la población conozca la verdad de sus quiebras permanentes porque la política económica no funciona.

Además, las bases campesinas vienen cuestionando desde hace años a los cuadros de la dirigencia gremial que trabaja solo para los grandes productores y para el gran capital y con frecuencia se quejan del trabajo cerrado que desarrollan gremios como Fedegan, Fedepalma, Fedecacao y el propio Fedecafé, que fue el punto donde comenzó a originarse las protestas en el primer semestre del año.

El próximo martes, sin duda es una nueva prueba en el ring para el Presidente Juan Manuel Santos que ya anunció su decisión de irse a la reelección y que tanto en la derecha como en la izquierda tiene contradictores que encuentran en este paro una oportunidad para voltear la disputa  electoral que ya está en disputa. Eso es lo que está en juego y los campesinos apenas son la herramienta que utilizan los que buscan llegar y/o permanecer en el poder.