Aunque muchos sectores de la opinión pública cruzan los dedos para que el Estado y la guerrilla de las Farc lleguen a un acuerdo definitivo para acabar con más de 50 años de conflicto armado, son varios los problemas que atraviesan las conversaciones que alrededor del campo sostienen las partes en la isla de Cuba.

Las dos partes llegaron a la mesa con sus propuestas pero, sobre todo, con sus cartas en medio del sinsabor que produce a diario los mensajes y declaraciones contra la negociación por parte del expresidente Álvaro Uribe Vélez y, de contera, su seguidor irrectricto, José Félix Lafaurie, actual presidente del gremio ganadero Fedegan, quien dijo que que su gremio no se sienta a la mesa con terroristas.

Cuando se miran los diagnósticos de las partes negociadoras, en esencia, tienen numerosas coincidencias en sus posiciones y en lo que viene haciendo el Estado colombiano en el mundo rural, pero se marcan diferencias en las soluciones por las posiciones radicales y dogmáticas del grupo guerrillero sobre todo alrededor de la propiedad privada y de los instrumentos de apoyo para la producción y el mercadeo, especialmente frente a los TLCs.

Como si se tratara de sacar un as bajo la manga, el grupo insurgente pidió que el ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo “copareciera” en La Habana y esto llevó al titularde asusntos agropecuarios a negarse a asistir, hecgo que consensuado con el gobierno para que quedara claro que el gobierno de Santos tiene la mano fuerte y el corazón grande, como lo recitaba el expresidente Uribe en sus dos periodos.

Lo cierto es que el agro es el tema central del conflicto y por esa razón las Farc se concentra en la confiscación del latifundio, ratificado a lo largo de su historia y que hoy lo continúan llamando como latifundio “improductivo, inadecuadamente explotado u ocioso”.

Hay que resaltar, además, que las Farc han abogado por que se expropie la propiedad extranjera de la tierra, en especial de empresas de Estados Unidos, y se prohiba venderla a compañías foráneas, sobre todo en una época que se caracteriza por la abierta globalización, los tratados de libre comercio y las amenezas para la seguridad alimentaria.

Los negociadoresde las Farc también piden crear un fondo con tierras inadecuadamente explotadas, baldías, producto del despojo o incautadas a los narcotraficantes, además de actualizar el catastro y hacer un censo rural, punto este último que los deja mal parados porque pareciera que no supieran que el Dane se prepara para realizar quizá el más grande de la historia colombiana.