Aunque el ministro de Agricultura y Desarrollo Rural, Juan Camilo Restrepo Salazar, manifestó su complacencia por los aportes del agro a la economía nacional en términos de inflación y empleo, el 2013 no lo comenzó tranquilo ni bien porque los precios de los alimentos no están relacionados con la realidad del mercado.

El casi más concreto es el del arroz y por eso le solicitó a la Superintendencia de Industria y Comercio investigar la formación de precios en la cadena que está provocando que los consumidores colombianos paguen uno de los arroces más caros de la región.

El titular de la cartera agropecuaria dijo que si bien los precios al productor han caído, desde noviembre pasado, en un 25%, la situación no se está reflejando en el precio del producto al consumidor final y por esa razón expidió un comunicado cuyo texto es el siguiente:

“A raíz de algunas manifestaciones de Fedearroz en radio y prensa sobre el comportamiento de los precios del arroz al consumidor en los últimos días, el Ministro de Agricultura y Desarrollo Rural, hace las siguientes precisiones:

1. El Ministerio comparte la preocupación de Fedearroz sobre la tendencia atípica del mercado arrocero, el cual no se está reflejando en el precio al consumidor final. Esto, teniendo en cuenta la drástica caída de los precios al productor, a partir del noviembre, que alcanza el 25%.

2. Igualmente se aprecia, en la formación del precio, un alto costo en el proceso de transformación y un exagerado margen de comercialización, reflejados en lo que cuesta un kilo de arroz en finca y lo que vale en la mesa del consumidor. Hoy, el precio de arroz como materia prima en campo se paga al productor en $920 pesos el kilo mientras que el producto, para su consumo en los puntos de distribución, se está vendiendo en promedio a $2.900 pesos el kilo.

3. Por lo tanto, el Ministerio ha solicitado a la Superintendencia de Industria y Comercio iniciar una investigación sobre las causas del comportamiento de los diferentes eslabones de la cadena arrocera para precisar el verdadero origen e impacto de la formación del precio al consumidor final, que está pagando uno de los arroces más caros de la región.