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El optimismo y la moderación redundan en la mayor inversión en el campo
Inversion  en el Campo.

 

Los resultados que obtuvo la economía colombiana durante el tercer trimestres del 2011 llenaron de optimismo tanto a los empresarios como al Gobierno y no es para menos: durante este periodo el Producto Interno Bruto (PIB) creció en un 7,7%, por encima de todo pronóstico.

De ahí que para el 2012 las perspectivas que maneja el Gobierno sean positivas, según el ministro de Comercio, Industria y Turismo, Sergio Díaz-Granados, quien considera que la economía colombiana podría crecer este año entre el 4,5% y el 5,5%, en tanto que la inflación estaría alrededor del 3,5%.

Con respecto a la Inversión Extranjera Directa (IED), el alto funcionario estima que pueda llegar al 10%, durante el 2012, según lo afirmó recientemente durante una visita a España.

El optimismo del Gobierno colombiano está sintonizado con las proyecciones que han hecho organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), que en su informe “Perspectivas Económicas Mundiales” mejoró el pronóstico para la economía colombiana.

De acuerdo con esta entidad multilateral, es factible que el PIB colombiano haya cerrado el 2011 con un crecimiento cercano al 5% y que en el 2012 esté alrededor del 4,5%, lo que implica un incremento en dos puntos con respecto a la anterior proyección dada por el FMI que lo situaba en el 4,3%.

Sobre la inflación, el FMI prevé que en el 2012 esta llegue al 2,9%, cuatro puntos por debajo del 3,3% que proyecta para el cierre del 2011. Por su parte, el saldo de la cuenta corriente podría presentar un déficit del 2,5% en el presente año.

En cuanto al desempleo, el pronóstico es del 11,5% para el 2011 y una reducción de cinco puntos cuando finalice el 2012.

Aunque el FMI ya anunció que en los próximos días publicará una actualización de su informe macroeconómico, también ha advertido que los cambios realizados serán mínimos por cuando la realidad económica mundial continúa siendo la misma: crecimiento moderado en los países emergentes y desaceleración notable en las principales variables de las economías avanzadas.

A pesar de que las proyecciones revelan un futuro económico prometedor, no se puede perder el norte y caer en un optimismo desmedido, como lo ha advertido desde su blog Alejandro Gaviria, decano de la Facultad de Economía de la Universidad de Los Andes. 

De acuerdo con este experto, es claro que en el tercer trimestre Colombia creció más aceleradamente que cualquier otra economía latinoamericana, gracias a una bonanza externa relacionada directamente con la producción y exportación de materias primas, por lo que puede ser una situación de carácter pasajero.

En esa misma línea se ha pronunciado el FMI, que ha advertido de los peligros que puede generar para la región y en especial para Sudamérica la dependencia económica de la exportación de materias primas, sobre todo si la economía de Europa no levanta cabeza y China contrae su demanda de este tipo de bienes como se prevé, debido a la desaceleración de la actividad industrial y manufacturera.

De acuerdo con esta institución, esta característica se ha profundizado con el tiempo, ya que las exportaciones netas de materias primas representaron en el 2010 el 10% del PIB, mientras que en 1970 estas solo llegaban al 6%.
“Si bien este aumento ha sido generalizado, los metales y la energía aún constituyen el principal rubro de las exportaciones netas de bienes primarios”, explica el FMI.

 


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